Cuál es tu definición del éxito personal? No el que crees que dicta la sociedad o el que te inculcaron de niño. ¿Qué tendría que pasar para que sientas que tu vida personal es un éxito?
Haz una lista de todos tus logros, desde los más pequeños hasta los más grandes. Puede ser algo tan sencillo como montarte a una montaña rusa cuando te daba pavor hasta algo tan difícil como cruzar el Mediterráneo a nado (exagero, claro).
Ahora evalúate como persona. ¿Cómo te describirías? Enumera primero todas tus virtudes y luego todo aquello que te gustaría cambiar o mejorar. ¿Qué pasos puedes dar para conseguir cada uno de tus objetivos personales?
Si por ejemplo quieres aprender paciencia, plantéate hacer algo que lo requiera: un proyecto a largo plazo que puede ser una manualidad, algo artístico o bien educativo.
Si quieres ser perseverante, aprende un idioma, que requiere de toda la perseverancia del mundo. Y no pares de ir a clase hasta que lo domines, ya sea que tardes diez años. Si la gente no aprende idiomas (y muchas otras cosas) es porque abandonan cuando se aburren o se les hace muy difícil.
Lo último y lo más importante del éxito personal, sería descubrir cual es tu propósito o misión de vida. Es decir, aquello que da sentido a tu vida, lo que al hacerlo te satisface y logra que sientas que has aportado algo al mundo en el que vives. Puede ser algo aparentemente insignificante, siempre y cuando a ti te llene.
Si ya has descubierto cual es tu propósito de vida, ¡enhorabuena! Pero si aún no es así, no desesperes, el hecho de estar dispuesto a encontrarlo es en sí un éxito. Mucha gente pasa por la vida sin plantearse nada de esto y sin importarle si es capaz de mejorar el mundo con su presencia.